¿Tiene fases el duelo? El concepto del duelo evoluciona de un modelo secuencial y pasivo por etapas a modelos fluidos y activos con tareas a elaborar.
06/21/2022

Elisabeth Kübler-Ross, fue pionera en el estudio de la muerte, de las personas que están en el final de vida y de las necesidades y cuidados que estas personas y sus familiares necesitan y que debemos conocer para poderlas acompañar. Una de sus mayores contribuciones fue el Modelo de las Etapas del Duelo, donde recoge que las personas que viven una pérdida deben adaptarse emocionalmente a ella mientras pasan, de forma secuencial, por cinco fases o etapas que son:

  • Fase de negación: Etapa en la persona no puede todavía dar cabida a la pérdida, a su importancia o a su carácter definitivo. Esta fase con frecuencia se asocia a un estado de shock emocional y, a veces, cognitivo.
  • Fase de ira: Una vez que la persona ya no niega la pérdida, aparece en ella frustración e impotencia por no poder cambiar la situación, a la vez que ira, enfado o rabia, en un deseo de atribuir la culpa de lo sucedido a algo o a alguien.
  • Fase de negociación: Es esta etapa, la persona cree que de algún modo aún se puede influir en la situación que está viviendo y volver a recuperar parte de la vida anterior.
  • Fase de depresión: La persona empieza a asumir la irreversibilidad de la pérdida y aparecen sentimientos de tristeza y desesperanza, junto con el aislamiento social y la falta de motivación o la pérdida del sentido de vida.
  • Fase de aceptación: En esta etapa aparece un estado de calma donde la persona llega a la comprensión de que su pérdida es algo natural en el proceso de la vida.

Este modelo sencillo y claro que definió E. Kübler-Ross fue reconsiderado, años más tarde, por ella misma cuando expresó que, aunque esta secuencia funciona en muchos casos, también es cierto que no siempre es tan lineal y rígida ya que observó que la persona no siempre pasaba por todas las etapas, del mismo modo que, en ocasiones, también podían convivir simultáneamente los sentimientos de varias de las etapas.

En la actualidad, 50 años después de esta propuesta, tenemos nuevos modelos de duelo que no se describen como una secuencia de cinco etapas por las que la persona transita de forma un tanto pasiva, sino como un Proceso Activo, con Tareas a Resolver (William Worden), donde la persona, a medida que su dolor se lo permite, debe hacer frente a 4 tipos de tareas como son:

  • Aceptar la realidad de la pérdida asumiendo que el reencuentro con esa persona es imposible, al menos, en la vida que conocemos.
  • Elaborar el dolor que la pérdida le origina, refiriéndose no sólo al dolor emocional sino también el dolor físico, mental y conductual.
  • Adaptarse a un mundo sin la persona querida tanto a nivel externo, referido a los roles y quehaceres de la vida diaria, como a nivel interno, revisando y actualizando su identidad personal, sus valores, sus creencias y su sentido de vida.
  • Integrar el recuerdo de la pérdida en nuestra vida sin él o ella de forma que no nos impida recuperar las ganas de vivir y poder tener una vida plena.

Este modelo ha sido profundizado desde un marco Integrativo Relacional (Alba Payàs) en donde la mirada del duelo como un proceso activo y con tareas a realizar, es completada con la visión de que es también un proceso fluido, superpuesto, con avances y retrocesos, donde hay que tener en cuenta los aspectos que originan sufrimiento, que son también tareas a resolver, que están relacionados con las circunstancias en las que tiene lugar la pérdida, con los aspectos relacionales con la persona fallecida y, también, con los aspectos relacionales con su red cercana de apoyo.

El marco integrativo sostiene que para la resolución de cada tarea es importante que la persona tenga una conciencia plena de lo que sucede en todas las áreas de la experiencia (física, emocional, mental, comportamental), y el marco relacional sostienen que la herida de una relación no se cura en soledad, sino que se cura dentro del otras relaciones, verbalizándola y compartiéndola de una manera íntima y profunda con los demás.

Así pues, me gustaría que te quedaras con que hoy en día se entiende el duelo como un proceso activo de la persona, único, irrepetible y fluido que afecta a todas las áreas de la experiencia, con unas tareas a realizar y en el que la implicación de la persona es imprescindible para prevenir la cronificación y el desarrollo de complicaciones en su proceso de duelo.

Si crees que alguna persona de tu entorno está viviendo un proceso de duelo pasivo o bien piensas que su duelo se está cronificando te animo a que compartas este post por si puede ayudarle

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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