¿Pueden ayudarme las redes sociales en mi duelo?
09/18/2023

Hoy en día la experiencia del duelo sucede en un contexto paradójico. Por un lado formamos parte de una sociedad tanatofóbica en la que la muerte y su vivencia sigue siendo tabú y por otro lado, para una gran parte de la población, las redes sociales han revolucionado la manera en que compartimos nuestras vidas convirtiéndose en un vehículo adicional de búsqueda y de comunicación de experiencias. 

La red ofrece un espacio que alberga tanto la oportunidad de encontrar nuevos y conmovedores homenajes de despedida como la invisible pero perceptible presión de mantener una apariencia feliz. De ahí la reflexión acerca de si las redes sociales pueden ayudarnos o no en nuestro duelo.

Como punto de partida es importante recordar dos cosas. Primera: las redes sociales o las nuevas tecnologías en sí mismas no son el problema. En todo caso, el problema está en el uso que cada uno de nosotros-as hacemos de ellas. Y la segunda, ya expresada en muchas ocasiones: dado que el duelo es un proceso individual y único no podemos encontrar una receta universal óptima para todos los dolientes. Y ahí es donde cada uno-a debe tomar conciencia de su experiencia y elegir el mejor camino para su proceso.

La red social puede ayudar en nuestro duelo en la medida que podemos encontrar:

  • Conexión con personas que comparten experiencias similares y ello nos ayuda a compartir sentimientos y experiencias y nos hace sentir comprendidos.
  • Una comunidad que nos ofrece apoyo emocional al recibir palabras amables y consuelo que pueden, si son sinceros, llegar a tocarnos el alma.
  • Recursos útiles como artículos, libros, películas, formaciones y otras estrategias que pueden ayudarnos a comprender mejor nuestro proceso y a lidiar con el dolor.

Y también puede traernos algunos efectos indeseados como:

  • Aislamiento: La red puede atraparnos y acabar siendo un tanto dependientes de ella. Y si no recibimos lo que necesitamos en la cantidad y forma que necesitamos, puede hacernos sentir aislamiento y soledad. Y es que las conexiones virtuales no sustituyen la necesidad de apoyo real, físico, compartiendo las cosas juntos, cara a cara.
  • Falta de privacidad: Es difícil controlar el alcance de nuestros contenidos subidos a la red. A veces volcamos nuestra sincera experiencia en busca de apoyo y reconocimiento pero también pueden llegarnos mensajes insensibles que nos hacen sentir juzgados en nuestra particular manera de vivir el duelo.
  • Compararnos con otros dolientes: La vivencia de un duelo y el tiempo que ello lleva es diferente para cada doliente y sin querer la red puede llevarnos a hacer una comparación negativa de nuestro duelo, a sentirnos insuficientes o “peores que otros”.
  • Vivir recuerdos dolorosos: El que aparezcan en nuestro muro fotos, recuerdos o publicaciones compartidas de la persona que hemos perdido, puede hacernos revivir momentos dolorosos y agudizar nuestro duelo.
  • Sentir una falta de apoyo real: A veces descubres que aquella persona que en línea te pareció próxima y comprensiva, en la realidad la percibes lejana o ausente, creándote más dolor al hacerte dudar de la realidad de sus palabras y de su apoyo, pudiendo aflorar en ti un sentimiento de soledad.
  • Desconexión continua de nuestro dolor: La red puede ayudarnos a alejarnos del dolor que sentimos por la pérdida vivida y eso, puntualmente, no es malo. Ahora bien, si esa distracción se convierte en una desconexión continua de lo que realmente sentimos porque nos es difícil enfrentarnos a ello, hemos de saber que no está ayudando a avanzar en el proceso

 

De ahí que me gustaría acabar con alguna recomendación:

  • Conciencia, equilibrio y autocuidado: Sé consciente de cómo las redes sociales afectan a tus emociones durante el duelo, si provocan una reflexión y aprendizaje o si te llevan a un vaivén emocional. Es importante que veles por tu autocuidado y equilibrio.
  • Busca apoyo en persona: Rodéate de personas, buenos amigos, familiares, comunidades y profesionales de la salud mental con quienes puedas compartir de forma sincera tu vivencia y de los que recibas también una relación sincera, comprensiva y solidaria con tu situación.
  • Establece tus límites: No tienes que compartir con todos tus amigos, conocidos o tu red todos los detalles de tu vida y de tu experiencia. Escoge cuidadosamente qué aspectos de tu vivencia íntima compartes y con quién. Esto te ayudará a protegerte de comentarios insensibles e indeseados.
  • Evita las comparaciones: Las redes sociales nos conectan con muchas realidades y es casi inevitable que en algún momento nos comparemos con alguna de ellas. Recuerda que, con frecuencia, compartimos más veces lo positivo, nuestros logros… No dejes que ello condicione el ritmo de tu vivencia.

Recuerda que la red no es el problema sino el uso que cada uno hacemos de ella. Conecta con tus sentimientos, con tu intuición, comparte presencialmente tu vivencia con tus mejores amigos y seres queridos y, si así lo sientes, busca el apoyo de un profesional que te acompañe.

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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