¿Por qué es necesario que el profesional tenga conocimiento sobre el proceso de duelo?
03/27/2023

Como ya os comentaba en el post «Cómo detectar que un paciente de Atención Primaria necesita ayuda con su duelo«, los procesos de duelo son muy frecuentes en Atención Primaria bien sea porque la persona en duelo busca en el profesional sanitario el consuelo y la comprensión que no encuentra en su entorno, bien sea porque ésta acude en un intento de aliviar sus afecciones físicas y emocionales inespecíficas que, sin saberlo, pueden ser manifestaciones no conscientemente relacionadas con su duelo.

Y dado que según el Índice de duelo o grief index (Lathan i Prigerson, 2014; Barry i otros, 2001) por cada pérdida hay una media de 6 personas en duelo y de éstas un 30-35% desarrollan un duelo de riesgo y un 5-10% un duelo complicado con implicaciones severas para su salud física y psicológica (Aoun et al, 2015), no es de extrañar que una cuarta parte de los pacientes atendidos en Atención Primaria cuyas peticiones tienen un origen psicológico, son resultado de padecer algún tipo de pérdida (Bayes, 2001)

Además, se valora que el duelo, en promedio anual, puede originar en la Atención Primaria un 80% más de visitas que la población normal (Garcia, Landa, Trigueros y Gaminde, 2005), a la vez que también éste puede ser causa de no sólo morbilidad sino también mortalidad en la población (Lacasta y De Luis, 2002).


Así pues, aun siendo el duelo un proceso normal de adaptación a una pérdida, individual y único, puede complicarse no sólo a nivel psicológico sino también a nivel físico y social, pudiendo provocar una vivencia del dolor inhibida, retrasada o enmascarada (Rando, 1993). En estos casos el paciente es posible que refiera sentir ansiedad, angustia, impotencia, indefensión, desesperanza ante su propia vida, que se vean incapaces de mantener sus funciones básicas diarias, como el comer, dormir, trabajar, relacionarse…, o que presenten imágenes intrusivas, fobias, obsesiones, ideación suicida, entre otros.

Y es que la manera de afrontar el duelo es algo que aprendemos en nuestras familias y dado que éste es un tema tabú hoy en día, esto no nos ayuda a saber cómo transitar un duelo ni a cómo acompañar a quienes lo padecen. Y además le añadimos que hoy en día tenemos un contacto social presencial de calidad escaso, con poco tiempo para encontrarnos y charlar, el sentimiento de soledad del duelo puede llegar a pesar mucho. Porque el duelo es un proceso social donde el dolor por la pérdida de una relación se cura en relación. La persona en duelo necesita sentir el apoyo de sus seres queridos, poder verbalizar su experiencia, sus miedos y sus dificultades de adaptación a su nueva realidad. A la vez, el duelo es una vivencia que no sabe de prisas, por lo que no hay nada más inconveniente que apremiar a un doliente a que vuelva a la normalidad, a que pase página, o bien a que busque distracciones para “superar” su duelo (Tizón, 2004). Y es que esta presión pude llevar al doliente a sentirse cada vez más inadecuado e incomprendido en su vivencia, pudiendo hacer que su proceso se complique si éste es pospuesto, enmascarado, inhibido, o apareciendo en él comportamientos autolesivos.

Y es que la existencia de apoyo social en un doliente es un factor protector importante en la evolución de un duelo, a la vez que su ausencia es un factor de riesgo hacia la cronificación del proceso.

Y dentro de este contexto, los profesionales sociosanitarios que atienden a pacientes que están viviendo un duelo bien sea a causa del diagnóstico o de la vivencia de una enfermedad terminal, crónica compleja o incapacitante, o bien sea por una situación de final de vida o de muerte, pueden tener que presenciar vivencias de gran intensidad emocional y de elevado estrés. Y, sin querer, en un intento de aliviar este dolor, pueden caer en medicar en exceso a los pacientes o en intentar alcanzar metas de acompañamiento que quedan fuera de las posibilidades reales por su notoria falta de tiempo.

Por todo ello, se hace necesario que el profesional cuente con una base teórica sobre cómo afrontar el duelo y cómo manejar su dolor que le permita tener una comprensión profunda de la situación que está transitando su paciente y unas herramientas para afrontarlo y que le ayuden en como orientarse en la indagación de la pérdida, en si hay factores circunstanciales en el modo como sucedió esta pérdida que estén originando trauma o estrés post-traumático, en la valoración de la existencia de una red de apoyo adecuada o no, en el impacto que están teniendo en el proceso la existencia de personas vulnerables a su cargo o dependientes, o en la existencia de alguna estructura de apego o de personalidad que comprometan o dificulten su proceso, para que, a partir de esta valoración, puedan facilitar a su paciente una mayor sensación de control de su duelo, ser un sostén para éste, y también obtener un conocimiento de cuándo es conveniente derivarlo a un terapeuta especialista en pérdidas y duelo. Y es que una intervención terapeútica temprana y eficaz disminuye no sólo el sentimiento de soledad, y desesperanza sino también la ansiedad y depresión. De ahí la importancia de ayudar y facilitar la elaboración del duelo de nuestros pacientes ya que con ello estamos ayudando a que éstos recuperen una buena salud física y mental necesaria en sus vidas. (Portillo, Martin y Alberto, 2002)

Si quieres profundizar más en Cómo detectar que un paciente de Atención Primaria necesita ayuda con su duelo o en los Tipos de duelo complicado no dudes en consultarme.

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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