Es Navidad y en casa hay una silla vacía
12/19/2022

Quedan ya muy poquitos días para empezar las celebraciones familiares de esta Navidad y las personas que han perdido a un ser querido se sienten desbordadas sólo con pensar en cómo van a poder vivirlas. 

La esencia de la Navidad nos lleva a querer expresar cariño y afecto a los nuestros, a la vez que también nos mueve a adornar la casa, poner el árbol, el belén, a comprar regalos, a sentarnos alrededor de una mesa, a brindar expresando nuestros mejores deseos de paz y amor… mientras que tú, que estás en duelo, sientes que todo te sobrepasa, te molesta, te enfada o ahonda tu tristeza ante la ausencia de ese ser tan querido. ¡Es tan normal que no quieras celebrar nada o que desees desaparecer y regresar cuando todo haya pasado! Y es que no quieres aguar la fiesta a nadie y a la vez no puedes dejar de preguntarte qué sentido tiene esta celebración para ti que estás rota por dentro, llena de añoranza.

Es por ello, por que sé lo difícil que puede estar siendo para tí, que quiero hacerte algunas sugerencias:

En primer lugar quiero que sepas que siendo normal que desees escapar a algún otro lugar lejano, quedarte sola en casa, o encerrarte en tu habitación, eso no va a cambiar las cosas ya que el dolor está contigo, dentro de ti, y no se va a ir a ningún lugar vayas a donde te vayas.

Optar por “tener la fiesta en paz” haciendo como si nada hubiera pasado o intentando no hablar de vuestro ser querido, siendo también algo tentador, tampoco os lo recomiendo. Que intentéis evitar la emotividad del vacío y de la añoranza que sentís no evita que ésta, en uno u otro momento, salga de forma inesperada ya que todos estáis muy tristes y apenados. Actuar así intentando silenciar cómo estáis resulta agotador y puede llevaros a haceros sentir irritados, falsos, inadecuados, pudiendo llegar a ocasionaros una cierta ansiedad. 

Te invito pues a que, antes del encuentro familiar, organices una reunión para hablar de qué podéis hacer estas fiestas con la familia más estrecha con la intención de que podáis compartir lo que necesitáis cada uno de vosotros, incluyendo a los más mayores y los más pequeños.

Es importante que delante de todos nombres a tu ser querido en un gesto de apertura, una manifestación de que podéis hablar de él o ella abiertamente, aunque os emocionéis, en un intento de no crear tabúes, falsas apariencias, ni muros de silencio entre vosotros.

Lo importante de la reunión es que podáis expresar y conocer lo que cada uno necesita, vuestras emociones, vuestros miedos… Para ello es muy importante que respetéis estas tres premisas: 

  • Todos vais a tener un turno de palabra, incluidos los niños 
  • Cuando uno hable nadie le va a interrumpir
  • Tenéis permiso para expresar los sentimientos y emociones que surjan

En este encuentro es importante que repaséis qué queréis hacer con cada ritual: con el árbol, el pesebre, las comidas, los regalos, el fin de año, las vacaciones,…. Tal vez, algunos de vosotros apenas queráis celebrar nada, mientras que posiblemente los niños o adolescentes quieran celebrarlo casi todo. Y después de haber hablado todos, desde el cuidado mútuo, pactad y acordad cómo mantener, simplificar o modificar vuestra manera de celebrar estas fiestas.

Acordéis lo que acordéis, será lo mejor que habéis podido hacer, porque nace de haberos unido para hablar de lo que necesitáis en estas fiestas tan difíciles, y de querer compartirlas con sinceridad, sin necesidad de acallar vuestras emociones, con el deseo de que nadie se sienta solo/sola dentro de la propia familia. 

Tened presentes a los niños. Integrarlos con naturalidad en los rituales de recuerdo. No les hagáis creer que nada ha sucedido diciéndoles cosas como que la persona ausente “está de viaje esta Navidad”. Los niños son muy intuitivos y perciben que algo les estamos ocultando. Sembrad confianza en ellos. Aprovechad la circunstancia para educarles emocionalmente. ¡Es tan lógico estar triste en una situación así! Reaccionad ante ellos con naturalidad, sin censurar vuestras emociones ni las suyas y responded siempre a sus preguntas con palabras sencillas para que puedan entenderos.

Y para acabar, busca momentos para descansar, para cuidarte, para estar contigo mismo, contigo misma. Estar en duelo consume mucha energía, incluso podemos decir que es agotador. Date tu tiempo, sin prisas, sin intentar aparentar que estás mejor de lo que estás. Sobrevivir a la Navidad ya es todo un reto. Date permiso para cancelar aquello que no te veas capaz de hacer. Trátate con mimo sabiendo que todo lo que te sucede en estos días es normal y ten confianza en que, poco a poco, sin necesidad de huir de tus recuerdos ni emociones, te irás recuperando y fortaleciendo la esperanza de vivir.

Deseo que algo de todo esto te ayude, ni que sea un poquito, a cuidarte y a cuidar a los que quieres sin huir de tus sentimientos que no dejan de ser, aún con mucho dolor, una preciosa expresión de amor.

Te envío un afectuoso abrazo,

Inma Ferrer

PD: Gracias a Alba Payàs por crear y compartir el testigo de esta iniciativa tan bonita de querer cuidar a las personas en duelo en Navidad. Un afectuoso abrazo también para ti Alba!

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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