El siguiente embarazo de una pareja que acaba de perder a un hijo durante la gestación, el parto o los primeros días de vida, es una vivencia muy distinta de la que pueda tener una madre primeriza o de aquella que sus hijos nacieron sin dificultades sobrevenidas.
El abismo que separa a estas madres es el miedo. Miedo a que vuelva a suceder lo que ya se ha vivido, miedo a repetir lo que hice y tal vez no fue conveniente, miedo a cosas que mi entorno me dice que no me ayudaron a que todo fuera con normalidad…
Miedo, miedo, miedo que puede llegar a convertir en ansiedad.
Son muchas las cosas que pueden pensarse y vivirse como peligrosas, nocivas o de riesgo. Y es este continuado estado de alerta el que te genera ese estrés que no es bueno para que tu embarazo se desarrolle de manera adecuada.
Y a su vez, en otros momentos, el nuevo embarazo, te llena de alegría, de esperanza, de sentir que una nueva oportunidad llega a tu vida. Te sientes feliz y plena. Sueñas con su carita, su sonrisa, las cosas que haréis juntos, su cuidado…
Y de nuevo, dos días más tarde, de nuevo el miedo.
Si como padre o madre te encuentras en una situación así, debes saber que lo que te sucede es normal, tus miedos, tus alegrías, tus vaivenes, tus inseguridades, tus contradicciones… No te juzgues, déjate sentir, y comparte tu vivencia con tu pareja, tu médico, tu amiga del alma, tu madre… en definitiva, con aquella persona que sepa escucharte, que sepa sostener tus sentimientos cuando afloran, que esté disponible si la necesitas, que sepa cómo apoyarte en tus momentos de bajón…
A fin de cuentas, ¿cómo estaríamos nosotras de estar en tu misma situación?
De todos modos, si aun así sientes que un profesional podría ayudarte a vivir mejor este momento, no dudes en contactarme. Estaré encantada de acompañarte a vivir de la mejor manera posible tu nueva maternidad.