Algunos-as ya estáis disfrutando de unas merecidas vacaciones y otros estaréis a punto de cogerlas. Es un tiempo en el que con frecuencia deseamos que pueda ser un paréntesis en nuestra vida cotidiana. Y para muchos podrá ser así, si bien no lo será para otros pues en verano también se producen fallecimientos, siendo algunos más previsibles por cómo evoluciona la enfermedad, siendo otros más inesperados o accidentales.
Recuerda que el soporte de familiares y amigos es un factor clave en la evolución del duelo y por ello quiero recordaros algunos aspectos que os pueden ayudar en esta labor de cuidar y acompañar a tu amigo-a en duelo:
– Muéstrale tu apoyo acompañándola en los rituales si la logística veraniega te lo permite. Verte les hará sentir que estás a su lado.
– Acompaña sin juzgar la manera en que la persona en duelo afronta la situación. No va a ayudarle que le digas la manera cómo debe vivir su dolor.
– Permite el llanto y la expresión de las emociones de la persona en duelo y también el tuyo propio. No les hagas sentir incómodos por ello.
– Evita expresiones como “piensa en lo positivo”, “sé cómo te sientes “, “no te hundas ahora”, “mantente fuerte a fin de proteger a los niños”, “aprovecha el verano para distraerte”….
– Ofrécete para ayudarla en lo que necesite: llevarte a los niños un par de días, acompañarla a hacer alguna gestión o tarea que les resulte difícil de afrontar…
– Pregúntale qué le apetece: si salir a pasear un rato, hablar, bajar a la playa, ir a picar algo todos juntos… Muéstrate cercano sin achucharles con muchos planes.
– Si tus pequeños te preguntan, responde a sus preguntas sin esconder lo sucedido. Los niños son muy intuitivos y saben que algo está pasando. Lo importante es que les expliques lo sucedido sin fantasías con un lenguaje claro y sencillo que puedan entender.
– Acepta que la persona te cancele un plan o que sólo se apunte a parte de las actividades. Para la persona en duelo es importante saber que entiendes que hay días en los que no se sienten con fuerzas para salir y que no te vas a disgustar por sus ajustes de última hora.
– El duelo no tiene por qué ser más sencillo si la persona fallece de una muerte natural o después de una larga enfermedad. Toda persona necesita su tiempo para recomponerse y adaptarse a la nueva vida sin él o ella. No les des prisa.
– Escucha el relato de su pérdida, las situaciones que vivieron, los planes que quedaron por hacer, lo importante que era esa persona en su vida… Poder expresarlo y sentirse escuchado les ayuda a avanzar en su duelo.
– Respeta las costumbres de una familia y sus creencias religiosas, ya que son importantes para el manejo del dolor de esa familia.
Cuando fallece un ser querido no solo perdemos a la persona sino que también desaparecen el conjunto de ilusiones, expectativas y deseos que la envolvían, hecho que hace que se rompa la confianza fundamental que tenemos de que las cosas van a continuar su rumbo habitual y que el día de mañana la vida seguirá tal como la conocíamos hasta ahora. Todos necesitamos tiempo para reconstruir esta confianza en la vida. Acompáñalos ofreciéndoles tu tiempo, tu escucha y tu presencia.