Día del padre: El duelo infantil en el colegio
03/18/2024

El Día del Padre es una fecha señalada y festiva en nuestra cultura, pero no para todos-as. En los colegios suele celebrarse a la vez que se suelen organizarse manualidades en las aulas para que los niños-as obsequien a sus padres. Y es cuando en un aula hay un niño-a que ha perdido a su padre cuando pueden aparecer las dudas acerca de cómo manejar esta situación.

Lo primero que hay que saber es que es que, hagamos lo que hagamos en clase, los niños-as no viven ajenos a la muerte ni a que el día 19 de marzo es el Día del Padre pues en comercios, en la televisión e incluso en el propio colegio, suele estar muy presente tanto el mismo día como los días previos. Por ello es importante que el colegio no esconda, evite ni sustituya esta realidad ya que, además de que no se consigue esconderla ni sustituirla, tampoco ayuda en el proceso del duelo del niño-a.

Debemos recordar que la primera tarea del duelo es aceptar la realidad de la pérdida, a pesar de que duele mucho. Por lo que intentar evitar o disimular la realidad no es lo más recomendable. Es por ello por lo que tampoco es aconsejable canjear la situación diciéndoles que pueden dedicar su manualidad al abuelo o a un tío muy querido. Nadie de la familia, por cercano y afectuoso que sea, va a suplantar a su papá, a la vez que les distraemos de la conmemoración a su padre querido.

Es por ello por lo que se aconseja mantener la actividad en las aulas, a la vez que se ha de estar atento al niño-a cuyo padre ha fallecido. En estos casos es conveniente acercarse y preguntarle si le apetece hacer una manualidad a modo de homenaje, como recordatorio de lo contento que se ponía papá cuando recibía su regalo. Y explicarle que puede poner este regalo en un lugar significativo que le recuerde a papá para hacerlo presente y recordar con su mamá y sus hermanos las cosas bonitas que vivieron juntos. Ahora bien, si el niño-a no tiene ganas de hacer la actividad no debemos forzarle sino que hemos de respetar su dolor y ofrecerle algo diferente que pueda hacer mientras sus compañeros la realizan.

Cuando muere una figura de referencia para un niño, la escuela es un lugar donde el niño-a va a manifestar su dolor, por lo que es un lugar donde también hemos de acompañar su duelo. Por ello es muy importante que haya una comunicación constante entre padres-madres y profesores-as. Por un lado, los profesores-as es bueno que conozcan la situación concreta de su pérdida como: saber quién ha fallecido, cómo era el vínculo con él-ella, cómo ha ocurrido y qué es lo que el menor conoce de todo ello, hasta dónde se le ha explicado y ha participado. Y por otro, es muy importante que los profesores-as puedan dar feedback a los familiares de como ven ellos la evolución del niño-a en el entorno escolar de modo que todas las partes estén alineadas en el trabajo conjunto de acompañar al niño-a en su duelo.

En los primeros momentos es importante ser flexible con el niño-a en duelo permitiéndole, si se precisa, salir un ratito de clase acompañado de un adulto que le ayude a serenarse, no ser tan exigente con los deberes y su rendimiento escolar ya que es normal estar más desconcentrado, ofrecerle un apoyo más personalizado si se bloquea con alguna actividad, darles opción a explicar a sus compañeros lo que ha pasado o respetar que no quiera hacerlo indicándole que no se preocupe pues sus compañeros-as lo saben y todos-as queremos ayudarle a sentirse acogido-a y acompañado-a en lo que necesite.

Dado que estas situaciones forman parte de la vida y pueden llegar en cualquier momento y a cualquier edad, también es muy recomendable que los colegios puedan trabajar el tema de la muerte, de forma preventiva, como parte del programa educativo. Para ello es aconsejable que los profesores-as puedan recibir previamente formación específica del tema, dado que la reacción del niño-a puede ser algo distinta en función de su edad.

Algunas de las acciones que se pueden realizar son:

  • Leer cuentos y trabajar con ellos en las clases, siempre adecuados a la edad
  • Proyectar alguna película actual adecuada a la edad de los alumnos-as y poner en común lo que más nos ha llamado la atención o hemos echado de menos….
  • Trabajar las distintas emociones para reconocerlas y comprender que no son buenas o malas, sino que surgen de forma natural según la realidad vivida.
  • Con los más mayores poder adentrarse en los rituales de la muerte según las culturas, para ver la riqueza de las expresiones y lo ancestral de las mismas.
  • Proponer murales temáticos, dibujos, textos para facilitar el aprendizaje y la cercanía.

En definitiva, la acogida de un niño-a tras la muerte de un padre siempre es un reto para profesores-as y alumnos-as. Hemos de saber que cada situación es única e irrepetible por lo que puede que la nueva situación nos ponga a prueba de nuevo. Hemos de educar en el hecho que las frases hechas no ayudan pues suelen transmitir ideas erróneas con respecto al duelo. Ser honesto al punto de asumir que no sé qué decirte ni cómo puedo ayudarte a veces es lo que más llega.

Por eso si te encuentras en una situación así, o quieres trabajar estos temas en las aulas o quieres saber más de todo ello, no dudes en contactarme.

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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