Cómo las empresas pueden acompañar a sus empleados en duelo
01/13/2025

La muerte de un ser querido como la pérdida de un compañero-a de trabajo tiene un impacto profundo en las personas más cercanas a éste-a. De forma ineludible, es normal que en nuestra jornada laboral afloren recuerdos de quien ya no está: al ver su mesa vacía, al no poder tomar otro café juntos-as, o a añorar las conversaciones compartidas, al recordar momentos y aficiones que nos unían…

En este contexto no debe sorprendernos que algunas personas tengan dificultad para realizar su tareas cotidianas o experimenten una disminución en su capacidad de trabajo poco después de la pérdida y también un tiempo después. Es importante que las empresas reconozcan esta realidad y puedan tomar acciones para apoyar a sus empleados en duelo.

Por ello quiero compartir con vosotros-as, propietarios de empresas y negocios, CEOs, responsables de Recursos Humanos o departamento de Personas, líderes de equipo y con toda la organización en general, algunas recomendaciones que pueden ser útiles para ayudar a la adaptación y al bienestar de la persona en duelo.

El duelo no es un proceso lineal sino que cursa con momentos de avance y de retroceso. Cada persona lo vive de manera única según su relación con el fallecido, experiencias previas y su forma de gestionar las emociones. Esto significa que el rendimiento laboral puede fluctuar, y que una persona en duelo puede necesitar tiempo y apoyo para adaptarse a una realidad profundamente alterada que no volverá a ser la misma.

Si bien el trabajo es algo que nos ayuda a estructurar el tiempo, tener un cometido diario y socializar, es cierto que para muchas personas retomar sus rutinas y adaptarse a una realidad no es fácil ni inmediato. La ausencia de flexibilidad en estos momentos puede agravar el sentimiento de incapacidad e impotencia de la persona y con ello aumentar su estrés. Ofrecer, durante un tiempo limitado, flexibilidad en los horarios, permitir una jornada laboral más corta y reducir las tareas asignadas o evitar asignar proyectos demandantes, puede ser de mucha ayuda en su proceso. Forzar una rápida recuperación puede ser contraproducente y llegar a retrasar su adaptación. Y, en contra de lo que algunos creen, estas medidas suelen traducirse en una recuperación más efectiva y un refuerzo del vínculo entre la persona y su organización.

También puede ser de gran ayuda para el empleado-a que la empresa le provea el acceso a un especialista en duelo. En el entorno laboral, con frecuencia, las personas se sienten incómodas mostrando sus emociones que a veces surgen de forma inesperada, si bien reprimirlas y hacer de ello un patrón no es saludable. El acompañamiento al duelo es la manera de ofrecer a la persona un espacio seguro donde compartir, expresar, dotar de sentido a sus emociones y avanzar en el proceso.

No hemos de dar por hecho que una persona que aparente estar bien lo esté o que otra que sufra altibajos o llore con más frecuencia esté francamente mal. Porque la manera que cada uno tiene de llevar su duelo no siempre es compartida y visible. Por eso recomiendo a los líderes y responsables organizacionales mantener un diálogo cercano y empático con las personas en duelo. De forma periódica hay que dedicar unos minutos a la persona en duelo, en un lugar tranquilo y seguro, para preguntarle cómo se encuentra, cómo está viviendo su vuelta al trabajo, indagar si la carga es la adecuada, si siente alguna dificultad en alguna circunstancia concreta… En definitiva, preguntarles con interés genuino cómo está para poder ayudarla de forma concreta en su necesidad.

Del mismo modo, como empleado en duelo también es importante que te des permiso para pedir ayuda y colaboración a tus jefes y compañeros en aquello que te está siendo difícil de manejar. Nadie mejor que tú sabe lo que necesitas y de qué manera te pueden apoyar. Aunque resulte difícil mostrarnos y reconocernos vulnerables cuando siempre hemos sido competentes en esas mismas tareas es una forma de enfrentarnos a este reto que nos descoloca y permitir que otros nos ayuden a llevar mejor nuestro proceso.

El duelo forma parte de la vida y, como tal, no puede ser ignorado en el lugar de trabajo. Las empresas deben evitar deslegitimar, silenciar o desautorizar este proceso. Es importante comprender que el ritmo y las emociones de la persona en duelo son fluctuantes a la vez que naturales.

Acompañar a una persona en duelo no solo beneficia a quien lo atraviesa, sino que también fortalece la cultura organizacional. La pérdida trae consigo muchos aprendizajes y significados valiosos que transforman a las personas y, por ende, a las organizaciones.

Al final, reconocer y respetar el duelo es una forma de cuidar a las personas y de demostrar que la empresa es un lugar donde la humanidad y el bienestar son valores fundamentales.

Con estas acciones, las empresas pueden ser un verdadero apoyo para sus empleados, convirtiéndose en espacios de respeto y comprensión en los momentos más difíciles. Porque el duelo tiene derecho a ser sentido, acompañado y respetado.

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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