Volver al trabajo cuando estás en duelo
09/13/2022

El trabajo es una parcela importante de nuestras vidas, si bien volver al trabajo no resulta fácil cuando estás en duelo. El primer día de trabajo suele ser el que más cuesta de afrontar. Es inevitable pensar en si seremos capaces de superarlo o si nos vendremos abajo antes de que acabe el día. Encontrarnos con todos los compañeros nada más llegar al despacho, la fábrica, la tienda… saludarles, explicarles lo sucedido, responder a sus preguntas, hablar con nuestros superiores, es algo que a veces, cuando lo imaginamos, puede hacerse una montaña.

La mayor parte de las veces, más que tener una incapacidad real para volver a trabajar, lo que nos incomoda es el miedo que nos invade al imaginar que no vamos a ser capaces de contener el llanto al saludarnos o al hablar de nuestra pérdida, al pensar que no conseguiremos atender satisfactoriamente los temas a resolver, a quedarnos en blanco en medio de una reunión, o a no poder acabar un día de trabajo que anticipamos será eterno. Y lo cierto es que, acabado el primer día, la mayor parte de las personas se sienten aliviadas no solo por haber sido capaces de superarlo sino por darse cuenta de que lo han vivido mejor de lo que imaginaban.

Al regresar al trabajo no es necesario que expliques todo lo vivido en los últimos días a todos los compañeros que se acerquen a darte el pésame ó a consolarte. Piensa en aquellas dos o tres personas con las que tienes una mayor confianza para decirles con sinceridad cómo te sientes para que sean ellas las que puedan acompañarte y ayudarte si te sientes desprotegida. Date permiso para expresar, si sucede, que en este momento no te sientes con fuerzas para hablar y que prefieres estar presente sin tener que tomar ningún protagonismo. Estar presente con una simple mirada, sonrisa o gesto, pueden ser suficientes para sentirte reconfortada.

También es cierto que volver a tus rutinas, tener algo que te haga salir de casa y mantenerte unas horas ocupada, participar en un proyecto compartido, escuchar una conversación banal de tus compañeros… puede ayudarte a hacer más liviana tu vivencia y a encontrar el sentido de continuar con el día a día. De todos modos, y si en tu trabajo lo facilitan, piensa si inicialmente te iría bien hacer una incorporación al trabajo que combinara la presencialidad y el trabajo online, o encargarte los primeros días de tareas más sencillas para poco a poco ir retomando el ritmo habitual. Todos los trabajos no son iguales, y no es lo mismo estar en una oficina o en un despacho que tener que estar toda la jornada atendiendo al público o lidiando con niños o con ancianos muy dependientes. Y si en este momento no tienes trabajo, o bien lo desarrollas desde casa, es posible que también te cueste volver a tu actividad, siendo importante encontrar la fuerza para retomarlo, mantener tus rutinas y continuar con la vida.

Es difícil aconsejar un tiempo preciso para reincorporarse al trabajo ya que cada relación es única como es única la situación personal que vives en esos momentos: tus circunstancias personales, familiares, profesionales y de pareja. No es lo mismo tener que hacerte cargo, por ejemplo, de un padre o de una madre mayor que no puede vivir sola, que tener una situación en la que no hayan personas vulnerables, pequeñas o mayores, de las que hacerte cargo. La valoración de tu situación global es la que te ayudará a encontrar el mejor momento para tu reincorporación. Y si la decisión que has tomado sientes que no te está ayudando y que no ha sido la acertada, esta decisión puede ser reversible.

El duelo es un proceso de conexión en el que debes ser muy honesta contigo misma y con tu vida, a fin de que los pasos que des te ayuden a adaptarte a la nueva situación sin la persona querida y a reconstruir una visión de ti mismo, de las relaciones y de la vida que te permitan volver a ser feliz.

 

Médico terapeuta
en pérdidas y duelo provocadas
por enfermedad o muerte.

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