Nuestros mejores deseos para el verano suelen girar alrededor de disfrutar de unas merecidas vacaciones, descansar, estar en familia, pasar más tiempo con los amigos, hacer algún viaje o escapada, perdernos en una novela….
Y en ocasiones sucede que, en medio las esperadas vacaciones, llega la muerte de un ser querido en unos días en los que nuestros hijos están ya acomodados en el lugar de veraneo, de colonias, invitados en casa de un amigo, en el extranjero aprendiendo un idioma…, situaciones que a veces conllevan que el niño o el joven no pueda despedirse de su ser querido.
Si la pérdida ha sido una muerte inesperada, súbita, por accidente…, es importante que informes lo antes posible tus hijos, ya sean niños o adolescentes, de aquellos aspectos más relevantes de la muerte, a fin de que no se sientan excluidos o engañados ante un hecho tan significativo en nuestras vidas como es la pérdida de un familiar o amigo.
Es posible que como padre o madre tengas la tentación de retrasar el darles la noticia en un intento de no estropearles los campamentos, su viaje al extranjero, o su deseada escapada con los amigos… Y si bien es un pensamiento legítimo, para su duelo es mejor que afrontes la situación tan pronto sea posible a fin de que tus pequeños o jóvenes puedan decidir, si las circunstancias lo permiten, unirse a los rituales de despedida. No darles a los niños o adolescentes la oportunidad de conocer lo sucedido y de participar en los rituales puede originar en ellos o ellas sentimientos de exclusión, a veces también de culpa por no haber estado junto al resto de la familia.
Una vez realizados los rituales de despedida intenta, en la manera de lo posible, que vuelvan retomar las actividades que estuvieran realizando. Para su duelo es importante que puedas mantener sus rutinas y sus actividades planificadas y sobre todo que no pierdan la sensación de estar veraneando tal y como vosotros tengáis por costumbre hacer. Piensa que a los niños les ayuda a llevar mejor la pérdida el poder mantener sus rutinas.
Y si tus hijos son adolescentes, anímales a contactar con sus amigos si es que no veranean en el mismo lugar que tú. Facilita que alguno de sus amigos venga a pasar algún día con vosotros o que tu hijo pueda acercarse a visitarles ya que, si estás en duelo, y más significativamente durante la adolescencia, es muy recomendable poder compartir tu dolor y tus sentimientos con un amigo o amiga, poder expresar el significado de esa pérdida en tu vida y el impacto que está teniendo en ti.
Es posible que, como padre o madre, no os resulte sencillo sostener estas recomendaciones si la pérdida que habéis tenido impacta de forma importante en cómo solíais vivir vuestras vacaciones. Hay situaciones particulares en las que aparecen nuevas tareas, nuevos horarios que atender, puede que un primer momento tengas que acoger a algún miembro de la familia en tu casa, o incluso que sea imposible mantener los días que teníais previsto iros de vacaciones. Sí, a veces esto también sucede. Lo importante entonces es que hagas lo que sientas que es mejor hacer sosteniendo también lo que más pueda ayudar a tus hijos a vivir su pérdida. Y en la medida de lo posible, haz los cambios lo más paulatina y gradualmente que puedas, sin prisas y sin golpes de timón. En caliente, cuando él dolor es intenso y no calma, es tentador pensar que haciendo cambios en nuestro entorno y en las rutinas lo aliviaremos, si bien esa no es la mejor solución ya que el dolor que sentimos no está en lo que nos rodea sino dentro de nosotros.
Y cuando regreses a tu lugar de residencia habitual no olvides comunicar vuestra pérdida al colegio o a los profesores de tus hijos a fin de que puedan compartirlo con sus compañeros y facilitar la gestión de sus emociones.
Si conoces a padres en esta situación, o eres tú quien necesita ayuda para comunicar a tus hijos una pérdida, puedes ponerte en contacto conmigo para poder brindarte mi ayuda.